martes, 4 de abril de 2017

SEGUNDA CLASE / TERCER PARCIAL.

REYES DE JUDA. Continuación...

Joram (848-841 a. C). Véase 2 Reyes 8:16-24; 2 Crónicas 21. Primogénito de Josafat. Fue rey y gobernó junto a su padre en los últimos años de éste. Mató a sus hermanos para obtener sus bienes y asegurarse el trono después de quedar como único gobernante. Permitió que su esposa, idólatra, fomentara en Judá las malvadas prácticas religiosas de Israel. Sofocó una rebelión de los edomitas, los que habían sido un estado tributario desde los días de David y Salomón. Evitó un ataque edomita pero no pudo recuperar el control de Edom. Fue atacado por los filisteos y árabes, que saquearon la ciudad y destruyeron la casa y familia del rey. Su pueblo rehusó darle sepultura como rey.
Ocozías (841 a. C). Véase 2 Reyes 8:25-29; 9:27-29; 2 Crónicas 22:1-9. Hijo de Joram. Por influencia de su madre, Atalía, hija de Acab de Israel, prosiguió con la adoración de ídolos. Hizo alianza con Joram, primo suyo y rey de Israel, contra los sirios. Visitó a Joram en Samaría cuando éste fue herido en la guerra contra Siria. Fue muerto mientras estaba en Samaria durante un ataque encabezado por Jehú, líder militar de Israel quien había sido ungido rey por un joven profeta enviado por Elíseo el profeta. Joram de Israel fue asesinado en la misma ocasión.
Atalía (841-835 a. C). Véase 2 Reyes 11; 2 Crónicas 22:10-23:21. Madre de Ocozías e hija de Acab de Israel. Intentó establecer el linaje de Acab (del reino del norte) en el trono de Judá. Ordenó la muerte de sus propios nietos a fin de asegurar para sí el trono. Joia-da, un sacerdote justo, rescató al heredero más joven y lo escondió en el templo. Después de algunos años, este líder religioso organizó una sublevación. La reina fue ejecutada y su nieto, Joás, fue designado rey de Judá.
Joás (835-796 a. C). Véase 2 Reyes 12; 2 Crónicas 24. Hijo de Ocozías. Dio respaldo al sacerdocio y renovó la adoración de Jehová. Reparó el templo. Después de la muerte de Joiada, el principal sacerdote, volvió a la idolatría; aquel sacerdote era el que lo había salvado así como también el que había salvado al trono. Joás fue responsable de la muerte de su primo Zacarías, hijo de Joiada, el cual había sido enviado por el Señor a predicar el arrepentimiento entre el pueblo. Fue herido gravemente en un ataque de los asirios. Entregó tributo utilizando para ello los tesoros y mobiliario sagrado del templo a fin de obtener para su pueblo un poco de seguridad ante el poderío asi-rio. Fue asesinado por sus propios siervos por causa de sus malas obras, especialmente aquéllas contra la familia sacerdotal que había salvado su vida.
Amasias (796-767 a. C.). Véase 2 Reyes 14:1-22; 2 Crónicas 25. Hijo de Joás. Preparó a su pueblo y lo guió victoriosamente contra sus enemigos de tanto tiempo, los edomitas, los que habían sido debilitados por los ataques asirios. Restableció la adoración de ídolos entre el pueblo. Desafió al reino de Israel y fue vencido. Como había sido profetizado, los muros de Jerusalén fueron parcialmente destruidos y el templo fue saqueado. Por causa de esa destrucción, surgió una insurrección contra Amasias, quien huyó a La-quis buscando seguridad, pero fue descubierto y ejecutado.
Azañas/Uzías (767-740 a. C.). Véase 2 Reyes 15:1-7; 2 Crónicas 26. Hijo de Amasias. Llegó a ocupar el trono a los dieciséis años de edad y reinó durante cincuenta y dos años, aunque durante veinte años compartió el cetro con su padre. Fortaleció a la nación de Judá e hizo mucho para desterrar las prácticas idólatras. Buscó el consejo de los profetas, incluyendo a Isaías y Miqueas en sus primeros años, pero no tuvo éxito en librar a la nación de la idolatría. Destruyó los fuertes filisteos y pudo controlarlos, así como también a los árabes. Recibió tributo del país de Amón, el cual reconoció el poderío de Judá. Edificó las defensas de Jerusalén y estableció una gran fuerza militar. Sin autorización del Señor, entró al santuario del templo para oficiar en los ritos sacerdotales y fue herido con lepra por el Señor a causa de su conducta presuntuosa y altanera. Enfermo de lepra, vivió aislado hasta su muerte. Reinó junto con su hijo Jotam durante los últimos diez años de su vida.
Jotam (740-732 a. C.). Véase 2 Reyes 15:32-38; 2 Crónicas 27. Hijo de Azarías. Continuó fortaleciendo las defensas de Jerusalén y de las ciudades de Judá. Edificó un anexo a los edificios del templo. Sofocó una rebelión de los amonitas cuando éstos intentaron dejar de ser un estado tributario. Gobernó en rectitud todos sus días, pero la idolatría continuó entre el pueblo.
Acaz (732-715 a. C.). Véase 2 Reyes 16; 2 Crónicas 28. Hijo de Jotam. Gobernó juntamente con su padre durante cuatro años. Animó a Judá a practicar la idolatría después de la muerte de su padre. Ofreció sacrificios humanos y quemó a sus propios hijos. Por esto fue advertido por el profeta Isaías en cuanto a las consecuencias de llevar a cabo tal atrocidad, pero rehusó seguir su consejo. Fue vencido por la alianza de Israel bajo el rey Peka y Siria. En esta ocasión, miles de los de su pueblo fueron llevados cautivos al reino del norte, aunque posteriormente fueron librados por solicitud del profeta Oded. Atacado por los edomitas y por los filisteos, quienes lograron el control de algunos pueblos, finalmente buscó ayuda en Asiría. Fue vasallo de Asiría pagando por ello elevados tributos. Ofreció sacrificios a los dioses asirios; profanó el templo en Jerusalén y entregó de sus tesoros sagrados a los asirios. Estableció lugares para la adoración de ídolos en todo el territorio de Judá. El pueblo le negó sepultura entre los reyes.
El profeta Miqueas continuó su ministerio durante el reinado de Acaz y de Ezequías.
Ezequías (715-686 a. C.). Véase 2 Reyes 18:1-20:21; 2 Crónicas 29:1-32:33. Continuó pagando tributo a Asiría. Instituyó reformas religiosas y restauró en el templo la adoración de Jehová. Destruyó la serpiente de bronce elaborada por Moisés porque el pueblo había hecho mal uso de ella, considerándola como un objeto de adoración. Fue sitiado por Salmanasar V de Asiría, luego que éste invadió al reino de Israel. (El sucesor de Salmanasar, Sargón II, finalmente destruyó el reino del norte y llevó cautiva a la mayor parte de la población. Este grupo llegó a ser conocido como las tribus perdidas. Ezequías y su pueblo soportaron el sitio durante tres años, pero no sufrieron invasión porque se sometieron a Asiría.) Reforzó las defensas de Jerusalén y construyó un sistema de irrigación (mediante un túnel) para seguridad de la ciudad. Buscó la ayuda del Señor en esta ocasión y Judá entonces vio una liberación milagrosa de Jerusalén del poder de las fuerzas asirías invasoras de acuerdo con las profecías de Isaías. Ezequías enfermó gravemente, pero su ruego al Señor le trajo una bendición mediante Isaías, la cual le concedió más años en el trono. Gobernó en rectitud hasta su muerte.

1 comentario:

  1. Podemos ver en cada uno de los reyes, que ninguno recordó las palabras de Moisés cuando les advirtió de las consecuencias de su mal procede;sin embargo siempre Dios se provee de uno para librar y que haga su voluntad como en el caso de Ezequias.

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