miércoles, 25 de enero de 2017

PRIMER PARCIAL/SEGUNDA CLASE

Distribución de la tierra

Josué se lanzó a una campaña de conquista y obtuvo la victoria sobre varias ciudades-estado. Una vez que el pueblo de Israel tomaba control de un área, le correspondía a Josué dividir el territorio entre las tribus. 

Luego se instaba a cada tribu a exterminar o desalojar a los habitantes de su sector, para establecerse allí. 

Las opiniones difieren en cuanto a cómo se llevó esto a cabo, pero no hay duda de que los israelitas no aniquilaron a todos los cananeos de una vez. Pareciera que al principio se interesaron por las zonas centrales altas más que por las fértiles planicies. Pero la verdadera lucha vino después de los tiempos de Josué, cuando aparecieron otros contendientes a disputar la tierra: filisteos, amonitas y moabitas, así como los propios cananeos.

SE MUEVE EL CUARTEL GENERAL DE JOSUE.

Después de haber conquistado casi todos los territorios nos ubicamos en el capítulo 18 del libro de Josué, donde se dan dos acontecimientos, el primero es que se mueve el cuartel general del campamento de los israelitas, que estaba situado en Gilgal(Josué 5:9-10), como recordaremos era una región cercana a Jericó, pero ahora vemos que se mueven a Silo, donde por primera vez después de estar en el desierto es erigido el tabernáculo de reunión y se convierte en el nuevo cuartel general de Josué. (18:1)

El segundo evento es que aún quedaban siete tribus que no habían conquistado su territorio y Josué los exhorta a ir y tomarla. (Josué 18:2-6).

Josué asignó ciudades especiales a los levitas a través del país,(Josué 21) pues ellos no recibían territorio propio. Su labor consistía en ayudar en el servicio a los sacerdotes, y se les pagaba con los diezmos que los israelitas tenían por ley que contribuir.

También se establecieron ciudades de refugio;(Josué 20) en donde podían resguardarse aquellos que habían cometido un homicidio por accidente; tal como lo señala Números 35:6, 14; Josué 20:1, se establecieron dos ciudades de refugio por zona conquistada quedando un total de seis divididas de la siguiente forma tomando como referencia el río Jordán:
Al Oeste del Jordán:
 Cedes en Galilea
Siquem en el Monte de Efraín
ƒ Quiriat-arba (Hebrón) en el Monte de Judá.
Al Este del Jordán:
                                    Beser, al oriente de Jericó
Ramot en Galaad
ƒ Golán, en Basán, de la tribu de Manasés



EL ALTAR JUNTO AL JORDAN.

Habiendo cumplido con su tarea de ayudar en la conquista del territorio situado al oeste del río Jordán, las tribus de Rubén, Gad y Manasés del este, regresaron a sus tierras, situadas al este del río,(Josué 22:1-9) tierras que Moisés les había dado.(Num. 32:20.32; Josué 1:12-15).
Aquí es el momento en que Josué (22:5) vuelve a declarar brevemente el mensaje central que Moisés le dio al pueblo en Deuteronomio: la obediencia debe ser basada en el amor hacia Dios. Aunque los israelitas habían cumplido con su responsabilidad militar, Josué les recordó de su responsabilidad espiritual. A veces pensamos tanto en lo que debemos hacer que nos olvidamos de pensar en quiénes debemos ser. Si sabemos que somos hijos de Dios, le amaremos y serviremos con alegría. No debemos dejar que el servicio diario nos robe nuestro amor por Dios.
En los vv. 28-29 nos enteramos, con un altar hecho por estas tribus, que era una gran réplica de: 
(1) el altar de sacrificio que estaba en el tabernáculo o 
(2) el altar del Monte Ebal (cf. 8:30-35). 

Aparentemente no era para efectos de sacrificio, sino una conmemoración como muchos otros (montones de piedra) en Josué. 

En el pasaje de Josué 22:12 la frase «para subir a pelear contra ellos» vemos que ¡Hubo una reacción exagerada! ¿Cómo pudieron estos hermanos estar dispuestos a matarse unos a otros tan rápidamente por algo como esto? Hay varias teorías:
1. Fue estrictamente por razones religiosas; fue una violación de Deuteronomio 12:5-11, que dice que solamente había un lugar donde los israelitas podían sacrificar y tenía que estar relacionado con el Tabernáculo (cf. v. 16).
2. De alguna manera estaba relacionado con el celo territorial debido al v. 11.
3. Estaba relacionado con un sentido de culpabilidad colectiva (cf. vv. 17-20); si las tribus de Transjordania de alguna manera habían ofendido a Dios o habían llegado a ser idólatras, todo Israel habría sufrido por su pecado.
4. Las otras tribus tenían miedo de que Rubén, Gad y Manasés se hubieran involucrado en las prácticas idólatras de los cananeos (cf. v. 19). 
Al ser confrontados vemos en el 22:24 que dan un explicación del por que lo construyeron, «Lo hicimos más bien por temor» Esta explicación, formulada en términos tan fuertes, se propone dejar ver a la delegación visitante que habían malentendido completamente la razón del altar. 
El altar no era para sacrificios, sino para recordar a las tribus de la ribera occidental que las tres tribus orientales también eran sus hermanas y que no debían aislarse los unos de los otros.
Otra vez vemos el énfasis en entrenar a los hijos en las costumbres religiosas, que es un tema recurrente en Deuteronomio (cf. 4:9; 6:20-25; 11:19; y 32:46).


EL DISCURSO FINAL DE JOSUE.

 De los capítulos 23 y 24 podemos extraer una serie de recomendaciones hechas por Josué pero que debemos de ver que no eran palabras de el sino mas bien un recordatorio de la ley:
En 23:6-8 Hay una serie de cosas que Israel tendría que hacer para mantener su relación con Dios:
«esforzaos»,  Deuteronomio 31:6, 7, 23
«en guardar», Deuteronomio 4:6; 29:9
«hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés», Deuteronomio 16:12; 30:8
«sin apartaros de ello», Deuteronomio 2:27; 5:32; 9:12; 11:16; 17:17, 20; 28:14
«no os mezcléis con estas naciones»,  Deuteronomio 2:27
«ni juréis por el nombre de sus dioses»
«ni los sirváis»,  Deuteronomio 2:27; 23:33
«ni os inclinéis a ellos»,  Jueces 2:19
«a Jehová vuestro Dios seguiréis», Deuteronomio 10:20. 

Su mensaje es claro, les recomienda, los exhorta a ser fiel a Dios y mantenerse como un solo pueblo. 
Acá encontraremos en Josué 23:12 una lista de las maneras de no ser fiel al pacto.
«si os apartareis», 
«os uniereis a lo que resta de estas naciones», 
«si concertareis matrimonios con ellas», 
«mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros».
La advertencia mas fuerte por parte de Josué y mas bien del mismo Dios la encontramos en 23:15-16. 
Así como las promesas de bendición de Dios son seguras, las advertencias de Dios sobre las consecuencias de la desobediencia al pacto también (cf. Deuteronomio 4:23-21). Así como Dios destruyó a los cananeos (cf. Génesis 15:12-21), si Israel adquiere sus hábitos,él los destruirá (i.e., exilios asirio y babilónico).
En el capítulo 24 leemos otro discurso que a diferencia del encontrado en el 23 que fue para advertirles, en este ultimo capitulo será para emplazar a todo el pueblo a que se comprometan a respetar el pacto con Dios y a servirle de corazón, (24:14), para luego expresar la mayor muestra de fidelidad personal de Josué al decir en el versículo 15 que ellos tienen libertad de decidir pero que el ya tomo la decisión de que su casa y el servirían a Dios.

29 Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.

  • «siervo de Jehová» Esto se usó frecuentemente con Moisés, pero solamente aquí con Josué. 
  • «ciento diez» José también era de esta edad cuando murió (cf. Génesis 50:26). Esta edad puede haber sido un símbolo de una vida bendecida

30Y le sepultaron en su heredad en Timnat-sera, que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.

En el siguiente versículo leemos algo que servirá de base para entender el libro de Jueces:

31 Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.

Este es un tema común en el AT. Los que experimentaron el poder y liberación de Dios siguieron siendo fieles, pero la siguiente generación que solamente lo oyó, frecuentemente se desvió, algo parecido como lo que sucederá en el milenio con los que nazcan en el.

Para finalizar este libro vemos el cumplimiento de la promesa hecha para José de ser sepultado en la tierra prometida, cuyo cadáver lo traían de Egipto embalsamado, y leemos de la muerte del sumo sacerdote Eleazar, el cual fue sepultado en la heredad de su hijo Finees, quien se convierte en el siguiente sumo sacerdote como lo había prometido Dios. (Num. 25:10-13)


lunes, 23 de enero de 2017

PRIMER PARCIAL / PRIMERA CLASE

CLASE No. : 1
UNIDAD 1: Etapa de la Conquista de Canaán.
TEMA: INTRODUCCION, LIBRO DE JOSUE, CONQUISTA.

I.               INTRODUCCION AL TEMA No. 1: JOSUE CONQUISTA DE CANAAN.

INTRODUCCION.

JOSUE.



Josué

Este libro narra la conquista y la división de Canaán a los hijos de Israel, con el liderazgo de Josué. El libro de Josué reanuda la historia de Israel a partir de la muerte del Moisés. Constituye asimismo el cumplimiento de todas las promesas hechas en los libros anteriores con respecto a la toma de posesión de la Tierra Prometida. El libro de Josué se puede dividir en tres secciones:

1. La conquista de Canaán (Cáp. 1ª12). Que  comprende los preparativos  para la travesía del Jordán y el paso de este río (1:1-4:18); el establecimiento del campamento y la celebración de la PASCUA (4:19-5:12), La toma de Jericó, la de Hai, el altar erigido sobre el monte Ebal, la confirmación de la alianza (5:13-9:27), la expediciones al sur y al norte (10-11), la recapitulación (Cáp.12)

2. La partición del país de Canaán entre las tribus.(12 Comparación de las derrotas hechas por Moises y Josue, 13:1-13:13 La tierra aun sin conquistar, 13:14; 22, la repartición de la la tierra de Canaán)

3. El discurso de Josué y su muerte (23-24). Se afirma formalmente que Josué "escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios (24:26). En cuanto a las últimos versículos del libro (24:29-33) es evidente que fueron redactados después de la muerte de Josué, de Eleazar, y de los hombres de esta generación.

Autor y fecha de redacción:
Josué es más el héroe que el autor del libro. Él mismo escribió varios de sus pasajes (Jos. 18:9; 24:26; cfr. Jos. 8:32), pero es probable que un autor inspirado acabase el relato poco después de la muerte de Josué.

Perfil de Josué:
El campamento fue instalado a la orilla del Jordán, y el pueblo recibió una orden de marcha minuciosamente preparada (Josué 3:1-6). El plan militar que Josué preparó para la conquista de Canaán demuestra sus capacidades militares. Entre sus previsiones se hallaban: un campamento central con una ventajosa situación; la toma de las ciudades en las cercanías del campamento; grandes ofensivas que deberían seguir de inmediato a estas victorias. Pero Josué cometió el error de hacer un pacto con los gabaonitas y de no dejar una guarnición en la ciudad de los jebuseos después de su conquista. Estos dos fallos contribuyeron decisivamente al aislamiento de Judá de las tribus del norte (Josué 9).
Siguiendo las órdenes de Moisés, Josué condujo al pueblo sobre los montes Gerizim y Ebal; para que oyeran las bendiciones y las maldiciones (Josué 8:30-35). Las expediciones militares de Josué quebrantaron el poder de los cananeos, pero no llegaron a exterminarlos. A pesar de la perspectiva de nuevas campañas, había llegado el momento de establecerse en el país. Ayudado por el sumo sacerdote y por una comisión, Josué presidió el reparto de las tierras conquistadas. La distribución comenzó durante la estancia del campamento en Gilgal (Josué 14:6-17:18).
Josué acabó esta obra, creó ciudades de refugio, dio ciudades a los levitas, y dispuso que el Arca del Pacto se quedara en Silo (Josué 18-21). Obtuvo para sí mismo la ciudad de Timnat-sera en el monte de Efraín (Josué 19:50). Cuando ya era muy anciano, Josué convocó la asamblea en Siquem, el lugar donde Abraham, entrado en Canaán, había erigido el primer altar a Jehová; allí era donde las tribus iban a invocar sobre sí mismas las bendiciones y las maldiciones de Jehová. Josué pronunció un enérgico discurso, exhortando al pueblo a no abandonar a Jehová (Josué 24:1-28). Murió poco después, a la edad de 110 años. Fue sepultado en el lugar que había elegido, en Timnat-sera (Josué 24:29, 30)
Datos adicionales relacionados al libro de Josué:
Ø Abarca aproximadamente un período de ochocientos años a mil años: desde la invasión efectuada por Josué en el siglo XV o posiblemente en el siglo XIII a.C., hasta Nehemías, a mediados del siglo V a.C.

Ø La abundancia de detalles y la vivacidad de la narración sugieren un testimonio ocular (cfr. Jos. 2, 3, 5:1, 6; 6-8; 15:6; 18:17, etc.).
                                                                                                                   
Ø El libro fue escrito en época temprana: Rahab vivía aún entre el pueblo (Josué 6:25). La expresión «hasta el día de hoy» aparece en catorce ocasiones (tres de estos pasajes sólo se pueden aplicar al tiempo en que Josué estaba todavía vivo: Jos. 22:3; 23:8, 9).

Ø La ciudad de Hai seguía en ruinas (Josué 8:28).

Ø Los jebuseos seguían ocupando la ciudadela de Jerusalén (Josué 15:63), de donde David los saco más tarde (2 Samuel 5:5-9).

Ø Los cananeos seguían viviendo en Gezer, lo que ciertamente lo sitúa antes de la época de Salomón (Josué 16:10; cfr. 1 R. 9:16).

Ø Los gabaonitas entregaban entonces su cuota de madera y de agua (Jos. 9:27), en tanto que fueron diezmados por la crueldad de Saúl (2 S. 21:1-9).

Ø La ausencia de toda alusión al reino de Israel y su división es igualmente significativa. Por esto Keil se apoya en sólidas razones para afirmar que el libro fue escrito por «uno de los ancianos que sobrevivió a Josué».

Cronología del libro de Josué:
ü Aprox. en el 1446 a 1406 a.C. Israel vaga por el desierto durante 40 años
ü Aprox. en el 1405 a.C.  Josué llega a ser el sucesor de Moisés.
ü Aprox. en el 1405 a.C. los Israelitas cruzan el Jordán para entrar en Canaán.
ü Aprox. en el 1405 a 1400 a.C. Jericó y otras ciudades destruidas. 
ü Aprox. en el 1398 a.C. Israel se divide la tierra de Canaán. 
ü Aprox. en el 1380 a.C. Josué muere

ESTRUCTURA DE JOSUÉ
 “Conquistando lo Prometido”
Versículo Clave: Josué 1:6
“Esfuérzate y se valiente; porque tu repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que  la daré a ellos”

 1:1  Preparando la conquista
PREPARATIVOS

2:1  Espías a Jericó
DE

3:1  Paso del Jordán
CONQUISTA

5:1  Circuncisión y pascua

JEHOVÁ
6:1  Jericó

PROMETIÓ
7:1  Pecado de Acá
GUERRA
LA
8:1  Destrucción de Hai
Y
TIERRA
9:1  Astucia Gabaonita
CONQUISTA

10:1  Derrota de los Amorreos


11:1  Derrotas  y Reyes


13:1  Tierra por conquistar y distribución


14:1  Reparto de Canaán


15:1  Repartición por tribus


16:1  Territorios de Efrein y Manases
REPARTICIÓN
JEHOVÁ
18:1  Territorio para las demás tribus
DE
CUMPLIÓ
19:1  Las demás tribus
CANAAN
SU
20:1  Ciudades de refugio

PROMESA
21:1  Ciudades Levitas


22:1  Altar junto al Jordán
AJUSTES Y

23:1  Exhortación de Josué
MUERTE

24:1  Palabras finales y muerte de Josué
DE JOSUÉ


BOSQUEJO  DEL LIBRO

 La entrada a la tierra
 (1:1-5:12)
 La exhortación a la conquista (cap.1)
 La exploración de Jericó (cap.2)
 El cruce del Jordán (caps.3-4)
 La consagración en Gilgal (5:1-12)
 Conquista de la tierra
(5:13-12:24)

Las primeras batallas (5:13-8:35)

 La victoria de Jericó (5:13-6:27)
El fracaso de Hai debido al pecado de Acán (8:1-29)
 La victoria de Hai (8:1-29)
 El pacto renovado en Siquem (8:30-35)
La campaña del sur (caps. 9-10)

 El tratado con los gabaonitas (cap.9)
 El día largo de Josué (10:1-15)
 Conquista de las ciudades del sur (10:16-43)
 La campaña del norte (cap.11)
 Los reyes derrotados de Canaán (cap.12)
La distribución de la tierra (cap.13-21)
 Regiones a ser conquistadas (13:1-7)
 La tierra oriente del Jordán para Rubén, Gad y  la mitad de Manasés (13:8-33)
 Las tierras entregadas a Judá y a "José" en Gilgal (caps 14-17)
 Las tierras entregadas a las restantes tribus en Siló (caps.18-19)
 La Tienda de reunión en Siló (18:1-10)
 Los territorios asignados a Benjamin, Simeón, Zabulón, Isacar, Aser, Neftalí y Dan (18:11-19:48)
 El territorio entregado a Josué (19:49-51)
 Las ciudades asignadas a los levitas (caps.20-21)
 Las 6 ciudades de refugio (cap.20)
 Las 48 ciudades de los levitas (cap.21)
Epílogo: Unidad de las tribus y lealtad al Señor
 (caps.22-24)
 El altar de testimonio junto al Jordán (cap.22)
 Exhortación de despedida de Josué (cap.23)
 La renovación del pacto en Siquén (24:1-28)
 Muerte y entierro de Josué y de Eleazar (24:29-33)



Composición:
Reúne textos y narraciones antiguas. No es extraño que muchas familias contaran entre sus tradiciones relatos episódicos de la llegada de las tribus a aquel territorio. También existían numerosas narraciones que explicaban la razón por qué algunos lugares tenían nombres concretos, o cuál era el origen de algunas construcciones antiguas: como las doce piedras de Gilgal, el montón de ruinas de Haí, las grandes piedras de la cueva de Maquedá, etc… La labor de redacción que agrupó estos relatos en una narración continua fue realizada por autores de la tradición Deuteronomista.
Las heredades de cada tribu, posiblemente trae su origen de documentos escritos en el sur de Canaán, pues el relato es más preciso cuando habla de los repartos de esa zona. La mayor parte de esta sección pertenecen a la tradición sacerdotal.
Todos estos elementos dispersos se unen con un fin teológico: la tierra un don a conservar siendo fiel a Dios.

3.- Enseñanza:
Dios es siempre fiel y cumple las promesas hechas a los patriarcas. “Todo llegó”. Así el pueblo pudo mantener firme la esperanza en Dios durante el destierro en Babilonia. La tierra de Canaán es de Dios, que la ha donado a su pueblo por medio de Josué, y no por sus dotes militares.
Se destaca a Josué como mediador entre Dios y el pueblo, elegido por Dios para llevar a cabo este proyecto salvífico. En el paso del Jordán se presenta al pueblo como una congregación santa, presidida por el arca de la Alianza, símbolo de la presencia de Dios entre los suyos.
Se renueva la Alianza en Siquem, allí el pueblo a través de Josué se compromete a permanecer fiel al Señor y cumplir sus preceptos.
Se insiste una y otra vez en la unidad del pueblo. Aunque las tribus hubieron recibido su heredad antes de pasar el Jordán, no abandonaron a sus hermanos hasta que se toma toda la tierra. Todo el pueblo unido bajo el mando único de Josué toma la tierra. Así el pueblo unido debe reconocer que sólo hay un único Dios.


4.- El Libro de Josué a la luz del Nuevo Testamento:

Josué es la anticipación profética de Jesucristo, su nombre es idéntico al de Jesús, ambos significan “el Señor salva” (en hebreo, Yehosú’a). Josué proporcionó la salvación al pueblo, pero también a personas que no formaban parte de él, como Rajab y su familia, que habían secundado los planes de Dios y manifestado su fe con obras. Jesús, hace también extensiva la salvación a todos los hombres que secundan los planes de Dios.

San Justino, llega a decir que Josué sustituyó a Moisés y Jesús sustituye a Moisés y su Evangelio a la Ley mosaica. Orígenes habla que como Josué condujo a Israel a la victoria abatiendo ciudades, reinos y enemigos; Cristo guía el alma y le proporciona la victoria sobre vicios y pasiones.



Significado espiritual
Según 1ª Corintios 10:6,11, los acontecimientos del Éxodo, del desierto y de la conquista de Canaán son tipos de nuestras experiencias espirituales. Josué nos relata la conquista de la Tierra Prometida, lo que no representa todavía el cielo, sino la esfera en la que nosotros conseguimos con Cristo, nuestro gran Josué, nuestras victorias espirituales. En principio, todo el país fue entregado a los hijos de Israel, que lo reconocieron por medio de espías (Jos. 1:3; 2:1). Para entrar en él, cruzaron las aguas del Jordán, símbolo de sepultura (las doce piedras dejadas en el lecho del río, Jos. 4:9) y de resurrección espiritual (las otras doce piedras levantadas en Gilgal, vv. 8, 20).

El mismo Jehová les precedió en el combate (Jos. 5:14; cfr. Jn. 10:3-10; He. 12:1-2). El enemigo era terrible y astuto, pero estaba ya vencido por adelantado (Jos. 6:1-2; 9:1-4; cfr. 2:9-11). El pueblo tenía que tomar las armas y emprender la batalla, pero no iba a triunfar más que por la fe (Jos. 6; 8; Ef. 6:12-17). Cuando un pecado contaminó el campamento, contristando al Señor, Él dejó de manifestar su poder y el pueblo conoció la derrota (Jos. 7; Ef. 4:30). Gracias al poder y fidelidad de Dios, el pueblo fue de victoria en victoria, y gozó finalmente de reposo con la posesión del país (Jos. 21:43-45; Ef. 5:18; 3:16-20). No es sorprendente que el libro de Josué haya recibido el nombre de «Efesios del AT».


Las naciones derrotadas
Quienes se oponen a la inspiración de la Biblia disfrutan atacando los pasajes de Josué que relatan la guerra y la matanza (6.21, por ejemplo). ¿Cómo puede un Dios de amor, ordenar tal masacre?, preguntan. Tenga presente que Dios les dio a esas naciones cientos de años para arrepentirse (Gn 15.16–21), sin embargo rehusaron volverse de sus perversos caminos. Si usted desea saber cuáles eran «las obras de Canaán», ¡lea Levítico 18 y tenga presente que estas prácticas inmorales eran parte de la adoración religiosa pagana!


Cada pecador en la nación (tal como Rahab, Jos 2 y 6.22–27) podía ser salvo por fe; y hubo adecuada advertencia dada de antemano. (Lea Jos 2.8–13.) Dios algunas veces usa la guerra para castigar e incluso destruir naciones que se olvidan de Él. Dios hizo destruir a estas naciones perversas para castigarlas por sus pecados y, así como un médico que desinfecta sus instrumentos para matar a los gérmenes, Él protege a su pueblo de los caminos impíos.

Los pueblos de alrededor de la Tierra Prometida
(Éx. 34:10-17; Dt. 20:17; Jos. 3:10; 9:1; 24:11)
1.     AMALECITAS
Los descendientes de Amalec, el nieto de Esaú (Gn. 36:12), quienes moraron al S de Palestina en el Neguev.
2.     AMONITAS
Los descendientes de Ben-ammi, el nieto de Lot e hijo de su hija menor (Gn. 19:38), quienes vivieron al E del río Jordán y al N de Moab­
3.     AMORREOS
Un término general para los habitantes de la tierra, pero especialmente para los descendientes de Canaán quienes habitaron a ambos lados del Jordán.
4.     EDOMITAS
Los descendientes de Esaú que se establecieron al SE de Palestina (cp. Gn. 25:30) en la tierra de Seir
5.     GILBITAS
Pueblo del antiguo puerto que más tarde se conoció como Byblos, a unos 32 km al N del Beirut moderno (Jos. 13:5).
6.     CANANEOS
En términos generales, estos son los descendientes de Canaán, hijo de Cam, hijo de Noé (Cp. Gn. 10:15-18), e incluyó a muchos de los otros grupos aquí mencionados.
7.     GESURITAS
Los habitantes de Gesur, al E del Jordán y al S de Siria (Jos. 12:5).
8.     GABAONITAS
Los habitantes de Gabaón y áreas aledañas (Jos. 9:17).
9.     GERGESEOS
Un tribu que descendió de Canaán, la cual fue incluida entre la población general de la tierra sin identidad geográfica específica.
10.   GEZRITAS
Un grupo poco conocido que vivió en la parte NO del Neguev, antes que fueran destruidos por David (1 S. 27:8, 9).
11.   HETEOS
Inmigrantes del Imperio Heteo (en la región de Siria) hacia la región central de la tierra (cp. Gn. 23:10; 2 S : 11:3).
12.   HEVEOS
Descendientes de Canaán que vivieron en la región norteña de la tierra.
13.   HOREOS
Residentes antiguos de Edom de un origen desconocido que fueron destruidos por los descendientes de Esaú (Dt. 2:22).
14.   JEBUSEOS
Descendientes de Canaán que moraron alrededor de Jerusalén (cp. Gn. 15:21; Éx. 3:8)
15.   CENEOS
Una tribu madianita que originalmente moraba en el Golfo de Akaba (1 S. 27:10).
16.   MOABITAS
Los descendientes de Moab, el nieto de Lot e hijo de su hija mayor (Gn. 19:31), quienes vivieron al E del Mar Muerto.
17.   FEREZEO
Pueblo incluido entre la población general de la tierra y cuyo linaje no se remonta a Canaán. Su identidad exacta es incierta.




























El cruce del Jordán
Durante tres días la gente acampó ante el aparentemente infranqueable río Jordán. Era la última barrera para la tierra prometida; el río se extendía amplio y profundo, en la crecida primaveral, separándolos de su meta. Entonces Josué envió un mensaje por el campamento, instando a todos a estar listos para ver actuar a Dios. Los sacerdotes iniciarían la marcha, transportando el arca de la alianza, y el pueblo los seguiría, a una respetuosa distancia.

Cuando los sacerdotes con su preciosa carga empezaron a entrar al agua, la corriente se detuvo y las aguas se amontonaron río arriba. El pueblo pasó el Jordán en terreno seco, así como sus padres habían atravesado el Mar Rojo al comienzo mismo de la peregrinación. Josué hizo ver claramente a su pueblo la lección que entrañaba este milagro. El Dios que podía actuar con tal poder ciertamente los ayudaría a vencer a los habitantes de esa tierra. El milagro obrado al cruzar el Jordán sería una garantía de la ayuda venidera:

«En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo…». (Josué 3:10)

Josué ordenó recoger doce piedras del río y hacer un montículo para recordar a las futuras generaciones el gran acto de Dios en su favor.
.

El pueblo de Canaán
Los autores del Antiguo Testamento vieron estas batallas como el juicio de Dios sobre la maldad de los habitantes. Dios había dicho a Abraham que sus descendientes tendrían que esperar 400 años en Egipto antes de entrar en Canaán, hasta que los amonitas se volvieran tan malvados que debieran ser castigados. Las campañas de Josué se consideraron como actos de purificación y justicia, no como agresión y rapiña de tierras.

El pueblo conocido como cananeo colonizaba la tierra en el extremo oriente del mar Mediterráneo hacia 2000 a.C. En tiempos de Josué (aprox. 1300 a.C.), el país estaba dividido en ciudades estado, cada una con su rey. Las ciudades estaban fuertemente amuralladas y fortificadas.

Los cananeos eran grandes comerciantes; recorrían sin cesar el mar Mediterráneo en sus barcos mercantes, desde Egipto hasta Creta y Grecia. Tiro, Sidón, Berito (Beirut) y Biblos eran sus puertos principales. Biblos —a causa del comercio en papiro (la versión antigua del papel) dio su nombre al libro: biblia (de donde viene también la palabra Biblia). Los cananeos fueron también los primeros en desarrollar un alfabeto.

La fama de sus artesanos era ampliamente conocida. Mucho después que los israelitas conquistaron Canaán, cuando querían los más finos artesanos para trabajar en el templo, recurrieron a albañiles y carpinteros cananeos.

La religión del país era ciertamente decadente. Las tribus cananeas tenían diferentes dioses, cada uno de los cuales supuestamente controlaba su propio territorio. El nombre genérico de estos dioses era baal, que se traduce como señor, amo o marido.

A veces el baal se representaba con una imagen de toro o de serpiente. La tierra era la esposa del baal; y la gente de la tierra, sus esclavos.

Cada aldea tenía su santuario, en la cima de un cerro o debajo de un gran árbol, marcado por una piedra vertical o poste de madera. Los festivales se vinculaban con la siembra y la cosecha, y la luna nueva. Se ofrecían frutos a los dioses y se sacrificaban animales. Los baales eran dioses de la fertilidad y en consecuencia el culto incluía ritos sexuales. La embriaguez era común, especialmente durante las fiestas de la cosecha. A veces se practicaban sacrificios de niños.

A medida que el pueblo de Israel se fue estableciendo en el país, comenzaron a sentir —consciente o inconscientemente— que sería más sabio y más seguro incorporar el culto a Baal en el ejercicio de su religión. Después de todo, estos dioses sabían todo respecto a hacer crecer las mieses, algo que Dios no había hecho durante su travesía por el desierto. Con el tiempo, aunque seguían adorando en el nombre de Dios, utilizaron los santuarios de Baal y adoptaron los ritos de su culto, y se entregaron a la misma clase de ceremonias inmorales y crueles que practicaban sus vecinos cananeos.