Josué se lanzó a una campaña de conquista y obtuvo la
victoria sobre varias ciudades-estado. Una vez que el pueblo de Israel tomaba
control de un área, le correspondía a Josué dividir el territorio entre las
tribus.
Luego se instaba a cada tribu a exterminar o desalojar a los habitantes
de su sector, para establecerse allí.
Las opiniones difieren en cuanto a cómo
se llevó esto a cabo, pero no hay duda de que los israelitas no aniquilaron a
todos los cananeos de una vez. Pareciera que al principio se interesaron por
las zonas centrales altas más que por las fértiles planicies. Pero la verdadera
lucha vino después de los tiempos de Josué, cuando aparecieron otros
contendientes a disputar la tierra: filisteos, amonitas y moabitas, así como
los propios cananeos.
SE MUEVE EL CUARTEL GENERAL DE JOSUE.
Después de haber conquistado casi todos los territorios nos ubicamos en el capítulo 18 del libro de Josué, donde se dan dos acontecimientos, el primero es que se mueve el cuartel general del campamento de los israelitas, que estaba situado en Gilgal(Josué 5:9-10), como recordaremos era una región cercana a Jericó, pero ahora vemos que se mueven a Silo, donde por primera vez después de estar en el desierto es erigido el tabernáculo de reunión y se convierte en el nuevo cuartel general de Josué. (18:1)
El segundo evento es que aún quedaban siete tribus que no habían conquistado su territorio y Josué los exhorta a ir y tomarla. (Josué 18:2-6).
Josué asignó ciudades especiales a los levitas a
través del país,(Josué 21) pues ellos no recibían territorio propio. Su labor consistía
en ayudar en el servicio a los sacerdotes, y se les pagaba con los diezmos que
los israelitas tenían por ley que contribuir.
También se establecieron ciudades de refugio;(Josué 20) en
donde podían resguardarse aquellos que habían cometido un homicidio por
accidente; tal como lo señala Números 35:6, 14; Josué 20:1, se establecieron dos ciudades de refugio por zona conquistada quedando un total de seis divididas de la siguiente forma tomando como referencia el río Jordán:
Al Oeste del Jordán:
Cedes en Galilea
Siquem en el Monte de Efraín
Quiriat-arba (Hebrón) en el Monte de Judá.
Al Este del Jordán:
Beser, al oriente de Jericó
Ramot en Galaad
Golán, en Basán, de la tribu de Manasés
EL ALTAR JUNTO AL JORDAN.
Habiendo cumplido con su tarea de ayudar en la conquista del territorio situado al oeste del río Jordán, las tribus de Rubén, Gad y Manasés del este, regresaron a sus tierras, situadas al este del río,(Josué 22:1-9) tierras que Moisés les había dado.(Num. 32:20.32; Josué 1:12-15).
Aquí es el momento en que Josué (22:5) vuelve a declarar brevemente el mensaje central que Moisés le dio al pueblo en Deuteronomio: la obediencia debe ser basada en el amor hacia Dios. Aunque los israelitas habían cumplido con su responsabilidad militar, Josué les recordó de su responsabilidad espiritual. A veces pensamos tanto en lo que debemos hacer que nos olvidamos de pensar en quiénes debemos ser. Si sabemos que somos hijos de Dios, le amaremos y serviremos con alegría. No debemos dejar que el servicio diario nos robe nuestro amor por Dios. En los vv. 28-29 nos enteramos, con un altar hecho por estas tribus, que era una gran réplica de: (1) el altar de sacrificio que estaba en el tabernáculo o (2) el altar del Monte Ebal (cf. 8:30-35). Aparentemente no era para efectos de sacrificio, sino una conmemoración como muchos otros (montones de piedra) en Josué. En el pasaje de Josué 22:12 la frase «para subir a pelear contra ellos» vemos que ¡Hubo una reacción exagerada! ¿Cómo pudieron estos hermanos estar dispuestos a matarse unos a otros tan rápidamente por algo como esto? Hay varias teorías: 1. Fue estrictamente por razones religiosas; fue una violación de Deuteronomio 12:5-11, que dice que solamente había un lugar donde los israelitas podían sacrificar y tenía que estar relacionado con el Tabernáculo (cf. v. 16). 2. De alguna manera estaba relacionado con el celo territorial debido al v. 11. 3. Estaba relacionado con un sentido de culpabilidad colectiva (cf. vv. 17-20); si las tribus de Transjordania de alguna manera habían ofendido a Dios o habían llegado a ser idólatras, todo Israel habría sufrido por su pecado. 4. Las otras tribus tenían miedo de que Rubén, Gad y Manasés se hubieran involucrado en las prácticas idólatras de los cananeos (cf. v. 19). Al ser confrontados vemos en el 22:24 que dan un explicación del por que lo construyeron, «Lo hicimos más bien por temor» Esta explicación, formulada en términos tan fuertes, se propone dejar ver a la delegación visitante que habían malentendido completamente la razón del altar. El altar no era para sacrificios, sino para recordar a las tribus de la ribera occidental que las tres tribus orientales también eran sus hermanas y que no debían aislarse los unos de los otros. Otra vez vemos el énfasis en entrenar a los hijos en las costumbres religiosas, que es un tema recurrente en Deuteronomio (cf. 4:9; 6:20-25; 11:19; y 32:46).
EL DISCURSO FINAL DE JOSUE.
De los capítulos 23 y 24 podemos extraer una serie de recomendaciones hechas por Josué pero que debemos de ver que no eran palabras de el sino mas bien un recordatorio de la ley: En 23:6-8 Hay una serie de cosas que Israel tendría que hacer para mantener su relación con Dios: «esforzaos», Deuteronomio 31:6, 7, 23 «en guardar», Deuteronomio 4:6; 29:9 «hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés»,Deuteronomio 16:12; 30:8 «sin apartaros de ello», Deuteronomio 2:27; 5:32; 9:12; 11:16; 17:17, 20; 28:14 «no os mezcléis con estas naciones», Deuteronomio 2:27 «ni juréis por el nombre de sus dioses» «ni los sirváis», Deuteronomio 2:27; 23:33 «ni os inclinéis a ellos», Jueces 2:19 «a Jehová vuestro Dios seguiréis», Deuteronomio 10:20. Su mensaje es claro, les recomienda, los exhorta a ser fiel a Dios y mantenerse como un solo pueblo. Acá encontraremos en Josué 23:12 una lista de las maneras de no ser fiel al pacto. «si os apartareis», «os uniereis a lo que resta de estas naciones», «si concertareis matrimonios con ellas», «mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros». La advertencia mas fuerte por parte de Josué y mas bien del mismo Dios la encontramos en 23:15-16. Así como las promesas de bendición de Dios son seguras, las advertencias de Dios sobre las consecuencias de la desobediencia al pacto también (cf. Deuteronomio 4:23-21). Así como Dios destruyó a los cananeos (cf. Génesis 15:12-21), si Israel adquiere sus hábitos,él los destruirá (i.e., exilios asirio y babilónico). En el capítulo 24 leemos otro discurso que a diferencia del encontrado en el 23 que fue para advertirles, en este ultimo capitulo será para emplazar a todo el pueblo a que se comprometan a respetar el pacto con Dios y a servirle de corazón, (24:14), para luego expresar la mayor muestra de fidelidad personal de Josué al decir en el versículo 15 que ellos tienen libertad de decidir pero que el ya tomo la decisión de que su casa y el servirían a Dios. 29 Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.
«siervo de Jehová» Esto se usó frecuentemente con Moisés, pero solamente aquí con Josué.
«ciento diez» José también era de esta edad cuando murió (cf. Génesis 50:26). Esta edad puede haber sido un símbolo de una vida bendecida
30Y le sepultaron en su heredad en Timnat-sera, que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.
En el siguiente versículo leemos algo que servirá de base para entender el libro de Jueces: 31 Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel. Este es un tema común en el AT. Los que experimentaron el poder y liberación de Dios siguieron siendo fieles, pero la siguiente generación que solamente lo oyó, frecuentemente se desvió, algo parecido como lo que sucederá en el milenio con los que nazcan en el. Para finalizar este libro vemos el cumplimiento de la promesa hecha para José de ser sepultado en la tierra prometida, cuyo cadáver lo traían de Egipto embalsamado, y leemos de la muerte del sumo sacerdote Eleazar, el cual fue sepultado en la heredad de su hijo Finees, quien se convierte en el siguiente sumo sacerdote como lo había prometido Dios. (Num. 25:10-13)
I.INTRODUCCION AL TEMA No. 1: JOSUE CONQUISTA DE CANAAN.
INTRODUCCION.
JOSUE.
Josué
Este libro narra la conquista y la
división de Canaán a los hijos de Israel, con el liderazgo de Josué.
El libro de Josué reanuda la historia de Israel a partir de la muerte
del Moisés. Constituye asimismo el cumplimiento de todas las
promesas hechas en los libros anteriores con respecto a la toma de
posesión de la Tierra Prometida. El libro de Josué se puede dividir en tres
secciones:
1.La
conquista de Canaán (Cáp. 1ª12). Que comprende los
preparativos para la travesía del Jordán y el paso de este río
(1:1-4:18); el establecimiento del campamento y la celebración de la PASCUA
(4:19-5:12), La toma de Jericó, la de Hai, el altar erigido sobre el monte
Ebal, la confirmación de la alianza (5:13-9:27), la expediciones al sur y al
norte (10-11), la recapitulación (Cáp.12)
2.La
partición del país de Canaán entre las tribus.(12 Comparación de las
derrotas hechas por Moises y Josue, 13:1-13:13 La tierra aun sin conquistar,
13:14; 22, la repartición de la la tierra de Canaán)
3.El
discurso de Josué y su muerte (23-24). Se afirma formalmente que Josué
"escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios (24:26). En cuanto
a las últimos versículos del libro (24:29-33) es evidente que fueron redactados
después de la muerte de Josué, de Eleazar, y de los hombres de esta generación.
Autor y fecha de
redacción:
Josué es más el héroe que el autor del libro. Él
mismo escribió varios de sus pasajes (Jos. 18:9; 24:26; cfr. Jos. 8:32), pero
es probable que un autor inspirado acabase el relato poco después de la muerte
de Josué.
Perfil de Josué:
El campamento fue instalado a la orilla del Jordán,
y el pueblo recibió una orden de marcha minuciosamente preparada (Josué 3:1-6).
El plan militar que Josué preparó para la conquista de Canaán demuestra sus
capacidades militares. Entre sus previsiones se hallaban: un campamento central
con una ventajosa situación; la toma de las ciudades en las cercanías del
campamento; grandes ofensivas que deberían seguir de inmediato a estas
victorias. Pero Josué cometió el error de hacer un pacto con los gabaonitas y
de no dejar una guarnición en la ciudad de los jebuseos después de su
conquista. Estos dos fallos contribuyeron decisivamente al aislamiento de Judá
de las tribus del norte (Josué 9).
Siguiendo las órdenes de Moisés, Josué condujo al
pueblo sobre los montes Gerizim y Ebal; para que oyeran las bendiciones y las
maldiciones (Josué 8:30-35). Las expediciones militares de Josué quebrantaron
el poder de los cananeos, pero no llegaron a exterminarlos. A pesar de la
perspectiva de nuevas campañas, había llegado el momento de establecerse en el
país. Ayudado por el sumo sacerdote y por una comisión, Josué presidió el
reparto de las tierras conquistadas. La distribución comenzó durante la
estancia del campamento en Gilgal (Josué 14:6-17:18).
Josué acabó esta obra, creó ciudades de refugio, dio
ciudades a los levitas, y dispuso que el Arca del Pacto se quedara en Silo
(Josué 18-21). Obtuvo para sí mismo la ciudad de Timnat-sera en el monte de
Efraín (Josué 19:50). Cuando ya era muy anciano, Josué convocó la asamblea en
Siquem, el lugar donde Abraham, entrado en Canaán, había erigido el primer
altar a Jehová; allí era donde las tribus iban a invocar sobre sí mismas las
bendiciones y las maldiciones de Jehová. Josué pronunció un enérgico discurso,
exhortando al pueblo a no abandonar a Jehová (Josué 24:1-28). Murió poco
después, a la edad de 110 años. Fue sepultado en el lugar que había elegido, en
Timnat-sera (Josué 24:29, 30)
Datos adicionales
relacionados al libro de Josué:
Ø Abarca aproximadamente un período de ochocientos
años a mil años: desde la invasión efectuada por Josué en el siglo XV o
posiblemente en el siglo XIII a.C., hasta Nehemías, a mediados del siglo V a.C.
Ø La abundancia de detalles y la vivacidad de la
narración sugieren un testimonio ocular (cfr. Jos. 2, 3, 5:1, 6; 6-8; 15:6;
18:17, etc.).
Ø El libro fue escrito en época temprana: Rahab vivía
aún entre el pueblo (Josué 6:25). La expresión «hasta el día de hoy» aparece en
catorce ocasiones (tres de estos pasajes sólo se pueden aplicar al tiempo en
que Josué estaba todavía vivo: Jos. 22:3; 23:8, 9).
Ø La
ciudad de Hai seguía en ruinas (Josué 8:28).
Ø Los jebuseos seguían ocupando la ciudadela de
Jerusalén (Josué 15:63), de donde David los saco más tarde (2 Samuel 5:5-9).
Ø Los cananeos seguían viviendo en Gezer, lo que
ciertamente lo sitúa antes de la época de Salomón (Josué 16:10; cfr. 1 R.
9:16).
Ø Los gabaonitas entregaban entonces su cuota de
madera y de agua (Jos. 9:27), en tanto que fueron diezmados por la crueldad de
Saúl (2 S. 21:1-9).
Ø La ausencia de toda alusión al reino de Israel y su
división es igualmente significativa. Por esto Keil se apoya en sólidas razones
para afirmar que el libro fue escrito por «uno de los ancianos que sobrevivió a
Josué».
Cronología del
libro de Josué:
ü Aprox. en el 1446 a 1406 a.C. Israel vaga
por el desierto durante 40 años
ü Aprox. en el 1405 a.C. Josué llega a
ser el sucesor de Moisés.
ü Aprox. en el 1405 a.C. los Israelitas
cruzan el Jordán para entrar en Canaán.
ü Aprox. en el 1405 a 1400 a.C. Jericó y
otras ciudades destruidas.
ü Aprox. en el 1398 a.C. Israel se divide la
tierra de Canaán.
ü Aprox. en el 1380 a.C. Josué muere
ESTRUCTURA DE
JOSUÉ
“Conquistando lo Prometido”
Versículo Clave: Josué 1:6
“Esfuérzate y se valiente; porque tu repartirás a este pueblo por
heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daré a ellos”
1:1
Preparando la conquista
PREPARATIVOS
2:1
Espías a Jericó
DE
3:1
Paso del Jordán
CONQUISTA
5:1
Circuncisión y pascua
JEHOVÁ
6:1
Jericó
PROMETIÓ
7:1
Pecado de Acá
GUERRA
LA
8:1
Destrucción de Hai
Y
TIERRA
9:1
Astucia Gabaonita
CONQUISTA
10:1
Derrota de los Amorreos
11:1
Derrotas y Reyes
13:1
Tierra por conquistar y distribución
14:1
Reparto de Canaán
15:1
Repartición por tribus
16:1
Territorios de Efrein y Manases
REPARTICIÓN
JEHOVÁ
18:1
Territorio para las demás tribus
DE
CUMPLIÓ
19:1
Las demás tribus
CANAAN
SU
20:1
Ciudades de refugio
PROMESA
21:1
Ciudades Levitas
22:1
Altar junto al Jordán
AJUSTES Y
23:1
Exhortación de Josué
MUERTE
24:1
Palabras finales y muerte de Josué
DE JOSUÉ
BOSQUEJODEL LIBRO
La entrada a la
tierra
(1:1-5:12)
La exhortación a la conquista (cap.1)
La exploración de Jericó (cap.2)
El cruce del Jordán (caps.3-4)
La consagración en Gilgal (5:1-12)
Conquista
de la tierra
(5:13-12:24)
Las primeras batallas
(5:13-8:35)
La victoria de Jericó (5:13-6:27)
El fracaso de Hai debido al pecado de Acán
(8:1-29)
La victoria de Hai (8:1-29)
El pacto renovado en Siquem (8:30-35)
La campaña del sur
(caps. 9-10)
El tratado con los gabaonitas (cap.9)
El día largo de Josué (10:1-15)
Conquista de las ciudades del sur
(10:16-43)
La campaña del norte (cap.11)
Los reyes derrotados de Canaán
(cap.12)
La
distribución de la tierra (cap.13-21)
Regiones a ser conquistadas (13:1-7)
La tierra oriente del Jordán para
Rubén, Gad y la mitad de Manasés (13:8-33)
Las tierras entregadas a Judá y a
"José" en Gilgal (caps 14-17)
Las tierras
entregadas a las restantes tribus en Siló (caps.18-19)
La Tienda de reunión en Siló (18:1-10)
Los territorios asignados a Benjamin,
Simeón, Zabulón, Isacar, Aser, Neftalí y Dan (18:11-19:48)
El territorio entregado a Josué (19:49-51)
Las ciudades
asignadas a los levitas (caps.20-21)
Las 6 ciudades de refugio (cap.20)
Las 48 ciudades de los levitas
(cap.21)
Epílogo:
Unidad de las tribus y lealtad al Señor
(caps.22-24)
El altar de testimonio junto al Jordán
(cap.22)
Exhortación de despedida de Josué
(cap.23)
La renovación del pacto en Siquén
(24:1-28)
Muerte y entierro de Josué y de
Eleazar (24:29-33)
Composición:
Reúne textos y
narraciones antiguas. No es extraño que muchas familias contaran entre sus tradiciones
relatos episódicos de la llegada de las tribus a aquel territorio. También
existían numerosas narraciones que explicaban la razón por qué algunos lugares
tenían nombres concretos, o cuál era el origen de algunas construcciones
antiguas: como las doce piedras de Gilgal, el montón de ruinas de Haí, las
grandes piedras de la cueva de Maquedá, etc… La labor de redacción que agrupó
estos relatos en una narración continua fue realizada por autores de la
tradición Deuteronomista.
Las heredades de
cada tribu, posiblemente trae su origen de documentos escritos en el sur de
Canaán, pues el relato es más preciso cuando habla de los repartos de esa zona.
La mayor parte de esta sección pertenecen a la tradición sacerdotal.
Todos estos
elementos dispersos se unen con un fin teológico: la tierra un don a conservar
siendo fiel a Dios.
3.- Enseñanza:
Dios es siempre
fiel y cumple las promesas hechas a los patriarcas. “Todo llegó”. Así el pueblo
pudo mantener firme la esperanza en Dios durante el destierro en Babilonia. La
tierra de Canaán es de Dios, que la ha donado a su pueblo por medio de Josué, y
no por sus dotes militares.
Se destaca a Josué
como mediador entre Dios y el pueblo, elegido por Dios para llevar a cabo este
proyecto salvífico. En el paso del Jordán se presenta al pueblo como una
congregación santa, presidida por el arca de la Alianza, símbolo de la
presencia de Dios entre los suyos.
Se renueva la
Alianza en Siquem, allí el pueblo a través de Josué se compromete a permanecer
fiel al Señor y cumplir sus preceptos.
Se insiste una y
otra vez en la unidad del pueblo. Aunque las tribus hubieron recibido su
heredad antes de pasar el Jordán, no abandonaron a sus hermanos hasta que se
toma toda la tierra. Todo el pueblo unido bajo el mando único de Josué toma la
tierra. Así el pueblo unido debe reconocer que sólo hay un único Dios.
4.- El Libro de
Josué a la luz del Nuevo Testamento:
Josué es la
anticipación profética de Jesucristo, su nombre es idéntico al de Jesús, ambos
significan “el Señor salva” (en hebreo, Yehosú’a). Josué proporcionó la
salvación al pueblo, pero también a personas que no formaban parte de él, como
Rajab y su familia, que habían secundado los planes de Dios y manifestado su fe
con obras. Jesús, hace también extensiva la salvación a todos los hombres que
secundan los planes de Dios.
San Justino, llega
a decir que Josué sustituyó a Moisés y Jesús sustituye a Moisés y su Evangelio
a la Ley mosaica. Orígenes habla que como Josué condujo a Israel a la victoria
abatiendo ciudades, reinos y enemigos; Cristo guía el alma y le proporciona la
victoria sobre vicios y pasiones.
Significado espiritual
Según 1ª Corintios 10:6,11, los acontecimientos del
Éxodo, del desierto y de la conquista de Canaán son tipos de nuestras
experiencias espirituales. Josué nos relata la conquista de la Tierra
Prometida, lo que no representa todavía el cielo, sino la esfera en la que
nosotros conseguimos con Cristo, nuestro gran Josué, nuestras victorias
espirituales. En principio, todo el país fue entregado a los hijos de Israel,
que lo reconocieron por medio de espías (Jos. 1:3; 2:1). Para entrar en él,
cruzaron las aguas del Jordán, símbolo de sepultura (las doce piedras dejadas
en el lecho del río, Jos. 4:9) y de resurrección espiritual (las otras doce
piedras levantadas en Gilgal, vv. 8, 20).
El mismo Jehová les precedió en el combate (Jos.
5:14; cfr. Jn. 10:3-10; He. 12:1-2). El enemigo era terrible y astuto, pero
estaba ya vencido por adelantado (Jos. 6:1-2; 9:1-4; cfr. 2:9-11). El pueblo
tenía que tomar las armas y emprender la batalla, pero no iba a triunfar más
que por la fe (Jos. 6; 8; Ef. 6:12-17). Cuando un pecado contaminó el
campamento, contristando al Señor, Él dejó de manifestar su poder y el pueblo
conoció la derrota (Jos. 7; Ef. 4:30). Gracias al poder y fidelidad de Dios, el
pueblo fue de victoria en victoria, y gozó finalmente de reposo con la posesión
del país (Jos. 21:43-45; Ef. 5:18; 3:16-20). No es sorprendente que el libro de
Josué haya recibido el nombre de «Efesios del AT».
Las naciones
derrotadas
Quienes se oponen a la inspiración de la Biblia
disfrutan atacando los pasajes de Josué que relatan la guerra y la matanza
(6.21, por ejemplo). ¿Cómo puede un Dios de amor, ordenar tal masacre?,
preguntan. Tenga presente que Dios les dio a esas naciones cientos de años para
arrepentirse (Gn 15.16–21), sin embargo rehusaron volverse de sus perversos
caminos. Si usted desea saber cuáles eran «las obras de Canaán», ¡lea Levítico
18 y tenga presente que estas prácticas inmorales eran parte de la adoración
religiosa pagana!
Cada pecador en la nación (tal como Rahab, Jos 2 y
6.22–27) podía ser salvo por fe; y hubo adecuada advertencia dada de antemano.
(Lea Jos 2.8–13.) Dios algunas veces usa la guerra para castigar e incluso
destruir naciones que se olvidan de Él. Dios hizo destruir a estas naciones
perversas para castigarlas por sus pecados y, así como un médico que desinfecta
sus instrumentos para matar a los gérmenes, Él protege a su pueblo de los
caminos impíos.
Los
pueblos de alrededor de la Tierra Prometida
(Éx. 34:10-17; Dt. 20:17; Jos. 3:10; 9:1; 24:11)
1.AMALECITAS
Los descendientes
de Amalec, el nieto de Esaú (Gn. 36:12), quienes moraron al S de Palestina en
el Neguev.
2.AMONITAS
Los descendientes
de Ben-ammi, el nieto de Lot e hijo de su hija menor (Gn. 19:38), quienes
vivieron al E del río Jordán y al N de Moab
3.AMORREOS
Un término general para los habitantes de la
tierra, pero especialmente para los descendientes de Canaán quienes habitaron
a ambos lados del Jordán.
4.EDOMITAS
Los descendientes
de Esaú que se establecieron al SE de Palestina (cp. Gn. 25:30) en la tierra
de Seir
5.GILBITAS
Pueblo del antiguo
puerto que más tarde se conoció como Byblos, a unos 32 km al N del Beirut
moderno (Jos. 13:5).
6.CANANEOS
En términos
generales, estos son los descendientes de Canaán, hijo de Cam, hijo de Noé
(Cp. Gn. 10:15-18), e incluyó a muchos de los otros grupos aquí mencionados.
7.GESURITAS
Los habitantes de
Gesur, al E del Jordán y al S de Siria (Jos. 12:5).
8.GABAONITAS
Los habitantes de
Gabaón y áreas aledañas (Jos. 9:17).
9.GERGESEOS
Un tribu que
descendió de Canaán, la cual fue incluida entre la población general de la
tierra sin identidad geográfica específica.
10.GEZRITAS
Un grupo poco
conocido que vivió en la parte NO del Neguev, antes que fueran destruidos por
David (1 S. 27:8, 9).
11.HETEOS
Inmigrantes del
Imperio Heteo (en la región de Siria) hacia la región central de la tierra
(cp. Gn. 23:10; 2 S : 11:3).
12.HEVEOS
Descendientes de
Canaán que vivieron en la región norteña de la tierra.
13.HOREOS
Residentes
antiguos de Edom de un origen desconocido que fueron destruidos por los
descendientes de Esaú (Dt. 2:22).
14.JEBUSEOS
Descendientes de
Canaán que moraron alrededor de Jerusalén (cp. Gn. 15:21; Éx. 3:8)
15.CENEOS
Una tribu madianita que originalmente moraba en el
Golfo de Akaba (1 S. 27:10).
16.MOABITAS
Los descendientes
de Moab, el nieto de Lot e hijo de su hija mayor (Gn. 19:31), quienes
vivieron al E del Mar Muerto.
17.FEREZEO
Pueblo incluido
entre la población general de la tierra y cuyo linaje no se remonta a Canaán.
Su identidad exacta es incierta.
El cruce
del Jordán
Durante tres
días la gente acampó ante el aparentemente infranqueable río Jordán. Era
la última barrera para la tierra prometida; el río se extendía amplio y
profundo, en la crecida primaveral, separándolos de su meta. Entonces Josué
envió un mensaje por el campamento, instando a todos a estar listos para ver
actuar a Dios. Los sacerdotes iniciarían la marcha, transportando el arca de la
alianza, y el pueblo los seguiría, a una respetuosa distancia.
Cuando los
sacerdotes con su preciosa carga empezaron a entrar al agua, la corriente se
detuvo y las aguas se amontonaron río arriba. El pueblo pasó el Jordán en
terreno seco, así como sus padres habían atravesado el Mar Rojo al comienzo mismo
de la peregrinación. Josué hizo ver claramente a su pueblo la lección que
entrañaba este milagro. El Dios que podía actuar con tal poder ciertamente los
ayudaría a vencer a los habitantes de esa tierra. El milagro obrado al cruzar
el Jordán sería una garantía de la ayuda venidera:
«En esto
conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de
delante de vosotros al cananeo…».(Josué 3:10)
Josué ordenó
recoger doce piedras del río y hacer un montículo para recordar a las futuras
generaciones el gran acto de Dios en su favor.
.
El pueblo
de Canaán
Los autores
del Antiguo Testamento vieron estas batallas como el juicio de Dios sobre la
maldad de los habitantes. Dios había dicho a Abraham que sus descendientes
tendrían que esperar 400 años en Egipto antes de entrar en Canaán, hasta que
los amonitas se volvieran tan malvados que debieran ser castigados. Las
campañas de Josué se consideraron como actos de purificación y justicia, no
como agresión y rapiña de tierras.
El pueblo
conocido como cananeo colonizaba la tierra en el extremo oriente del mar
Mediterráneo hacia 2000 a.C. En tiempos de Josué (aprox. 1300 a.C.), el país
estaba dividido en ciudades estado, cada una con su rey. Las ciudades estaban fuertemente
amuralladas y fortificadas.
Los cananeos
eran grandes comerciantes; recorrían sin cesar el mar Mediterráneo en sus
barcos mercantes, desde Egipto hasta Creta y Grecia. Tiro, Sidón, Berito
(Beirut) y Biblos eran sus puertos principales. Biblos —a causa del comercio en
papiro (la versión antigua del papel) dio su nombre al libro: biblia (de
donde viene también la palabra Biblia). Los cananeos fueron también los
primeros en desarrollar un alfabeto.
La fama de
sus artesanos era ampliamente conocida. Mucho después que los israelitas
conquistaron Canaán, cuando querían los más finos artesanos para trabajar en el
templo, recurrieron a albañiles y carpinteros cananeos.
La religión
del país era ciertamente decadente. Las tribus cananeas tenían diferentes
dioses, cada uno de los cuales supuestamente controlaba su propio territorio.
El nombre genérico de estos dioses era baal, que se traduce como
señor, amo o marido.
A veces el
baal se representaba con una imagen de toro o de serpiente. La tierra era la
esposa del baal; y la gente de la tierra, sus esclavos.
Cada aldea
tenía su santuario, en la cima de un cerro o debajo de un gran árbol, marcado
por una piedra vertical o poste de madera. Los festivales se vinculaban con la
siembra y la cosecha, y la luna nueva. Se ofrecían frutos a los dioses y se
sacrificaban animales. Los baales eran dioses de la fertilidad y en
consecuencia el culto incluía ritos sexuales. La embriaguez era común,
especialmente durante las fiestas de la cosecha. A veces se practicaban
sacrificios de niños.
A medida que
el pueblo de Israel se fue estableciendo en el país, comenzaron a sentir
—consciente o inconscientemente— que sería más sabio y más seguro incorporar el
culto a Baal en el ejercicio de su religión. Después de todo, estos dioses
sabían todo respecto a hacer crecer las mieses, algo que Dios no había hecho
durante su travesía por el desierto. Con el tiempo, aunque seguían adorando en
el nombre de Dios, utilizaron los santuarios de Baal y adoptaron los ritos de
su culto, y se entregaron a la misma clase de ceremonias inmorales y crueles
que practicaban sus vecinos cananeos.