domingo, 21 de mayo de 2017

SEGUNDA CLASE / CUARTO PARCIAL

NEHEMIAS 

Autor y fecha

    Aunque gran parte de este libro fue claramente extraído de los diarios personales de Nehemías y escrito desde la perspectiva de Nehemías en primera persona (1:1-7:5; 12:27-43; 13:4-31), tanto las tradiciones judías como cristianas reconocen a Esdras como el autor. Esto está basado en evidencia externa de que Esdras y Nehemías eran originalmente un libro como se refleja en la LXX y la Vulgata; también está basada en evidencia interna tal como el tema continuo de "la mano de Jehová" el cual domina tanto a Esdras como a Nehemías y el papel del autor como un sacerdote-escriba. Como un escriba, él tenía acceso a los archivos reales de Persia, los cuales explican la multitud de documentos administrativos que  se encuentran registrados en los dos libros, especialmente en el libro de Esdras. A muy pocas personas se les habría permitido tener acceso a los archivos del Imperio Persa, pero Esdras fue la excepción (Esd 1:2-4; 4:9-22; 5:7-17; 6:3-12).
    Los acontecimientos en Nehemías 1 comienzan a finales del año 446 a.C., el año 20 del rey persa, Artajerjes (464-423 a.C.). El libro sigue cronológicamente a partir del primer término de Nehemías como gobernador de Jerusalén alrededor del 445-433 a.C. (Neh 1-12) a su segundo término, posiblemente comenzando alrededor del 424 aC. (Neh 13). Nehemías fue escrito por Esdras en algún momento durante o después del segundo término de Nehemías, pero no después del 400 a.C.  


Contexto Histórico de Nehemías 

    Fiel a la promesa que Dios hizo de juicio, Él trajo a los asirios y a los babilonios para disciplinar a Judá e Israel, quienes habían desobedecido. En el 722 a.C. los asirios deportaron a las diez tribus del norte y las dispersaron por todo el mundo que en ese entonces se conocía (2 R 17). Varios siglos después, alrededor del 605-586 a.C., Dios usó a los babilonios para saquear, destruir y casi despoblar a Jerusalén (2 R 25) debido a que Judá había persistido en su infidelidad al pacto. Dios disciplinó a su pueblo con setenta años de cautividad en Babilonia (Jer 25:11).

    Durante la cautividad de los judíos, el liderazgo del imperio mundial cambió de manos de los babilonios a los persas (alrededor del 539 a.C; Dn 5), después de lo cual Daniel recibió la mayor parte de su revelación profética (c.p. Dan 6, 9-12). El libro de Esdras comienza con el decreto de Ciro, un rey persa, estableciendo el regreso del pueblo de Dios a Jerusalén para reconstruir la casa de Dios (alrededor del 539 a.C.), y narra el establecimiento del calendario nacional de Judá de festividades y sacrificios. Zorobabel y Josué guiaron el primer regreso (Esd 1-6) y reconstruyeron el templo. Ester da un vistazo de los judíos que se quedaron en Persia (alrededor del 483-473 a.C.) cuando Amán intentó eliminar a la raza judía. Esdras 7-10 relata el segundo regreso guiado por Esdras en el 458 a.C. Nehemías relata el tercer regreso para reconstruir el muro alrededor de Jerusalén (alrededor del 445 a.C.).

    En ese entonces en la historia de Judá, el Imperio Persa dominaba el mundo entero del Oriente Medio. Su administración de Judá, aunque llevaba a cabo con una mano relajada, tenía en mente rebeliones o cualquier señal de insurrección por parte de sus vasallos. Reconstruir los muros de ciudades conquistadas presentaba la amenaza más visible para la administración central persa. Solo en un confidente cercano del rey mismo se podía confiar para tal operación. En el punto más crítico de la revitalización en Judá, Dios levantó a Nehemías para llevar a cabo una de las responsabilidades de mayor confianza en el imperio: el copero y confidente del rey. La vida bajo el rey persa Artajerjes (alrededor del 464-423 a.C.) tenía sus ventajas para Nehemías. Así como José, Ester y Daniel, él había alcanzado un papel significativo en el palacio que en ese entonces gobernaba al mundo antiguo, una posición a partir de la cual Dios lo podía usar para guiar la reedificación de los muros de Jerusalén a pesar de sus implicaciones para el control persa de esa ciudad.  

    Otras varias notas históricas son interesantes. Primero, Ester fue la madrastra de Artajerjes (Est 1:9) y pudo fácilmente haberlo influenciado a que viera amablemente a los judíos, en especial a Nehemías. En segundo lugar, las setenta semanas proféticas de Daniel comenzaron con el decreto a reconstruir la ciudad dado por Artajerjes en el 445 a.C. (capítulos 1, 2; Dn 9:24-26). En tercer lugar, los papiros elefantinos (documentos egipcios), fechados en la última parte del siglo V a.C., apoyan el relato de Nehemías al mencionar a Sanbalat el gobernador de Samaria (2:9), Johanán (6:18; 12:23), y el hecho de que Nehemías fue reemplazado como gobernador de Jerusalén por Bigvai (alrededor del 410  a.C.; Neh 10:16). Finalmente, Nehemías y Malaquías representan los últimos escritos canónicos, tanto en términos del tiempo de los acontecimientos ocurridos (Mal 1-4; Neh 13) como en el tiempo cuando fueron registrados por Esdras. De esta manera los siguientes mensajes de Dios para Israel no vienen, sino hasta después de más de 400 años de silencio, después de los cuales los nacimientos de Juan el Bautista y Jesucristo fueron anunciados (Mt 1; Lc 1, 2).

    Teniendo la revelación completa del AT de la historia de Israel previa a la encarnación de Cristo, los judíos aún no habían experimentado la plenitud de los varios pactos y promesas de Dios para con ellos. Mientras que había un remanente judío, como se le prometió a Abraham (Gn 15:5), no parece ni siquiera ser tan grande como en el tiempo del éxodo (Nm 1:46).Los judíos ni poseyeron la tierra (Gn 15:7) ni gobernaron como nación soberana (Gn 12:2). El trono davídico estaba desocupado (2 S 7:16), aunque el sumo sacerdote fue de la línea de Eleazar y Finees (Nm 25:10-13). La promesa de Dios a consumar el nuevo pacto de redención esperaba el nacimiento, crucifixión y resurrección del Mesías (He 7-10).  






martes, 16 de mayo de 2017

PRIMERA CLASE / CUARTO PARCIAL

TERCERA PARTE DE LOS LIBROS HISTORICOS.
EL REGRESO DEL EXILIO.


La ida a Babilonia fue en tres grupos:  en el primero se llevaron a Daniel, en el segundo a Ezequiel y en el tercero al Rey Sedecías.  El regreso también fue en tres grupos.
Los judíos regresan del cautiverio de 70 años en Babilonia y van a construir nuevamente el Templo.
Recordemos que Jeremías predijo que la duración del Exilio en Babilonia sería de 70 años, pero Daniel dijo que no sólo duraría ese tiempo, sino que, a pesar de regresar a la Tierra, el exilio durará 490 años hasta la llegada de Jesús.
Fueron llevados a Babilonia por los babilonios, pero al poco tiempo cambiaron las cosas, pues Persia sería el nuevo poder mundial e Isaías predijo que regresarían a la Tierra bajo el mando de Ciro, Rey de Persia.

1.     ¿Qué  libros  nos  relatan  el  regreso del Exilio?
Los relatos del regreso del Exilio los encontramos en los libros de Esdras y Nehemías.

2.     ¿Qué nos narran los libros de Esdras y Nehemías?

1.      Es 1, 1 al 6, 22:    Reconstrucción del Templo
         2.      Es 7, 1 al 10, 44:  Misión de Esdras (Escriba y conocedor de la Ley mosaica)
         3.      Neh   1 al 13, 31    Reconstrucción de Jerusalén y de la muralla de la ciudad.

Así expuesto parecería una narración monótona de una construcción, pero esta etapa de la reconstrucción de Jerusalén es también de mucha acción, inconvenientes, y luchas.
Por cierto 2ª Crónicas 36 hasta el final va paralelo a Esdras.

3.     ¿Hay  algunos otros libros complementarios en este tiempo?
Los Profetas durante este tiempo son Ageo, Zacarías y Malaquías.  Y hay un libro complementario que narra una historia muy linda sobre los judíos que se quedaron en Babilonia y cómo se salvaron de ser aniquilados.  Eso está en el Libro de Ester.

4.     ¿Cómo comienza el libro de Esdras?

Antes de poder ver el desarrollo del libro revisemos los antesedentes históricos, para comprender el relato bíblico.


  • "Ciro el Grande surgió en la historia en el año 559 a. C. como gobernador de la pequeña provincia de Ansán, distrito al noroeste de Elam, justamente al sur de Media y al este de los montes Zagros. 
  • Ansán estaba entonces bajo el yugo de Media. Cuando Ciro se rebeló contra su señor Astyages, el ejército medo se pasó al bando de Ciro en su totalidad, y entregó como prisionero a Astyages. 
  • Ciro aparentemente era el elegido de los medos para ser su rey. 
  • La capital del imperio, Ecbatana, con todo su tesoro, pasó a manos de Ciro prácticamente sin lucha alguna. 
  • Así, en diez años Ciro se convirtió en el señor del Imperio Medo que comprendía los siguientes territorios: la Persia moderna, el norte de Asiria, Armenia, el Asia Menor hasta el Río Halis.


"Después de dos años dedicados a la organización del imperio, Ciro se dirigió hacia el occidente, decidido a la conquista. Después de conquistar el norte de la Mesopotamia, atacó y venció a Creso, rey de Lidia, renombrado por su enorme riqueza. El reino de éste se extendía desde el Río Halis [en Turquía] hasta el Mar Egeo [en Grecia]…

"Volviendo en el año 539 a. C., Ciro avanzó contra Babilonia, la cual le abrió sus puertas sin presentarle batalla. [De acuerdo con Daniel, Belsasar vio la escritura en la pared que anunciaba la caída de Babilonia la noche antes de que Ciro entrara en la ciudad y diera fin al imperio (véase Daniel 5).] En verdad, [Ciro] parece haber sido bien recibido por el pueblo como amigo y benefactor. De esta manera Ciro llegó a ser amo de toda el Asia occidental.

"La caída de Babilonia marcó el fin del poder mundial semita. Con el triunfo de Ciro, una nueva raza, la indo-europea, se apoderó del dominio mundial y el destino político del mundo estuvo, desde entonces, en manos de esa raza. Por lo tanto, este acontecimiento marca un momento decisivo en la historia bíblica.

Veamos algunas caracteristicas de lider que hizo diferente a Ciro como goberante:


  • "Ciro nació para ser líder entre los hombres. 
  • Introdujo una nueva norma en el trato de los pueblos conquistados. 
  • En lugar de tiranizarlos y mantenerlos en sujeción mediante la fuerza bruta, trató con consideración a sus vasallos y se los ganó como amigos. 
  • Fue particularmente considerado con las religiones de los pueblos conquistados. 
  • Las consecuencias de esta conducta serían que sus súbditos se unirían a él con una lealtad tal que haría de su reino una era de paz." (Elmer W. K. Mould, Essentials of Bible History, págs. 348-49.)


Esta revolución en la política iba a afectar profundamente la histona del mundo, particularmente la historia judía, pues cuando Ciro entró a Babilonia, los judíos todavía estaban exiliados allí.

Ciro fue levantado por el Señor para liberar a los judíos


  • Babilonia cayó ante Ciro en el año 539 a. C. 
  • Poco después, tal como aparece en 2 Crónicas 36:22-23 y Esdras 1:1-11, 
  • Ciro decretó en su imperio que todo cautivo judío en Babilonia que tuviera el deseo de retornar a Jerusalén para reconstruir el templo podía hacerlo. 
  • También permitió que los utensilios de oro y plata robados por las tropas de Nabucodonosor se devolvieran.


¿Qué lo impulsó a hacer una proclama tan liberal? 

Aunque Ciro tal vez haya sido impulsado por la religión de sus dioses (véase Esdras 1:7), incluyendo el emergente zoroastrismo, a tener respeto por el Dios de Judá, parece que fue motivado por el Espíritu del Señor a enviar de vuelta a los judíos a su tierra natal. 


El antiguo historiador Josefo nos dice:


"En el primer año del reinado de Ciro, que era el septuagésimo desde el día en que nuestro pueblo fue sacado de su propia tierra y llevado a Babilonia, Dios se apenó del cautiverio y la calamidad de este pobre pueblo, de acuerdo con lo que había anunciado mediante Jeremías el profeta, antes de la destrucción de la ciudad, de que después de haber servido a Nabucodo no sor y a su posteridad, y después de haber soportado esa servidumbre durante setenta años, los restauraría a la tierra de sus padres, y que ellos edificarían su templo y gozarían de su antigua prosperidad. 

Estas cosas Dios les concedió, pues El inspiró a Ciro y lo llevó a escribir esto a través de toda Asia: 'Así dice Ciro el rey: Puesto que Dios Todopoderoso me ha hecho rey de la tierra habitable, creo que El es aquel Dios a quien adora la nación de los israelitas, pues en verdad anunció mi nombre mediante los profetas, y que yo le edificaría una casa en Jerusalén, en el país de Judea.'

"Esto era conocido por Ciro porque había leído el libro que Isaías dejó con sus profecías, pues este profeta dijo que Dios le había hablado en una visión secreta: 'Es mi voluntad que Ciro, a quien he señalado por rey sobre muchas grandes naciones, envíe de vuelta a mi pueblo a su propia tierra, y edifique mi templo'. 

Esto fue predicho por Isaías ciento cuarenta años antes que el templo fuera demolido. En conformidad, cuando Ciro leyó esto y admiró el poder divino, lo sobrecogió un intenso deseo y ambición de cumplir lo que así estaba escrito; de manera que convocó a los más eminentes judíos que estaban en Babilonia y les dijo que les daba permiso de volver a su propia tierra y reedificar la ciudad de Jerusalén, y el templo de Dios, para lo cual les ofreció su ayuda, y que escribiría a los mandatarios y gobernadores que estaban en las proximidades del país de ellos, Judea, para que contribuyeran con oro y plata para la edificación del templo, y además que dieran animales para los sacrificios." (Flavio Josefa, Antigüedades judaicas, libro 11, cap. 1, párrs. 1-2; traducción libre.)


La profecía de Isaías, mencionada por Josefa e implícita en Esdras 1:2, se encuentra en el último versículo de Isaías 44 y en el primero del capítulo 45.


5. El primer retorno de los judíos

¿Cómo reaccionaron los judíos ante el edicto de Ciro? Un escritor hizo notar que "no muchos de los exiliados demostraron estar ansiosos de volver prestamente a Palestina. Medio siglo en Babilonia había llevado a la mayoría a adoptar las costumbres y la cultura de la tierra de su forzada adopción. La mayoría se había sujetado a la nueva tierra por lazos matrimoniales y de amistad y por fuertes conexiones comerciales. Además había crecido en Babilonia una generación que no conocía Palestina, y para estos judíos, Judea había dejado de ser un lugar atractivo para vivir. La fuerza de un vínculo sentimental poderoso era necesaria para inducirlos a retornar a Palestina, y pocos la sentían. De ahí que la dificultad mayor estribaba en despertar suficiente entusiasmo como para organizar un grupo que efectuaría el primer retorno." (Mould, Essentials of Bible History, pág. 350.)

El primer grupo de exiliados llegó a Judea poco después del año 536 a. C. bajo la dirección de Zorobabel, miembro de la línea real davídica (véase 1 Crónicas 3:19), y de Josué, un sacerdote levita del linaje de Sadoc. (Sadoc era el sumo sacerdote en el tiempo de la dedicación del Templo de Salomón.) El primer retorno tuvo todas las características de una cruzada religiosa. El grupo estaba integrado por cuarenta o cincuenta mil personas. Algunos grupos más pequeños de exiliados siguieron emigrando desde Babilonia durante los siguientes cien años, pero la mayoría de los judíos no regresaron, y por siglos hubo mayor cantidad de judíos en Babilonia que en la Tierra Santa.

Un individuo llamado Sesbasar, mencionado en el libro de Esdras (véase Esdras 1:8, 11; 5:14, 16), fue designado gobernador de esta colonia en la Tierra Santa. Los eruditos contienden en cuanto a si Sesbasar era la misma persona que Zorobabel. Si era otra persona, tal como lo indica en 1 Esdras 6:18 (libro apócrifo), entonces desapareció misteriosamente dado que Zorobabel pronto ocupó el lugar principal en Jerusalén.

Cuando los judíos volvieron a Israel, encontraron que los samaritanos habitaban la tierra. Los samaritanos eran un pueblo cuyo nombre fue tomado de la ciudad de Samaria que había sido la capital del reino del norte, y cuando cayó ante Asiria en el año 721 a. C., solamente unos pocos israelitas pertenecientes a las clases más pobres quedaron en aquella tierra. Puesto que esta región era la frontera entre el territorio asirio y el territorio egipcio al sur, los asirios dejaron una fuerte defensa de tropas allí. Los hombres de estas tropas se casaron con mujeres israelitas y adoptaron algunas formas de adoración de Jehová, pero evidentemente las mezclaron con ideas paganas. Los judíos del reino del sur consideraban por ello que los samaritanos no solamente eran israelitas impuros sino también paganos.

Los judíos que retornaron desde Babilonia estaban ansiosos de reinstituir la adoración oficial de Jehová en Jerusalén. Su primera acción, por lo tanto, fue reparar el altar de los holocaustos y renovar los sacrificios de la mañana y de la tarde. Después procedieron a celebrar la fiesta de los Tabernáculos y otras festividades en la secuencia de costumbre. (Véase Esdras 3:1-6.)

Bajo la dirección de Zorobabel, los judíos repararon el altar y comenzaron la reedificación del templo. Los samaritanos pidieron permiso para participar en el proyecto, haciendo notar que habían estado ofreciendo sacrificios a Jehová desde los días de la conquista asiria (véase Esdras 4:1-2). Los judíos terminantemente rechazaron el ofrecimiento de ayuda, y los samaritanos, enojados, comenzaron una abierta oposición al proyecto (véase Esdras 4:3-6). A causa de esta interferencia y de la indiferencia que surgió por parte de los judíos (véase Hageo 1:2-6), la obra de construcción del templo fue postergada hasta el segundo año del reinado de Darío I, aproximadamente en el año 520 a. C.

6. El segundo templo

La reanudación de la construcción del templo fue inspirada por dos profetas: Hageo y Zacarías (véase Esdras 5:1), cuyos breves escritos se conservan en el Antiguo Testamento. El gobernador local y los líderes de Samaria intentaron obstaculizar el proyecto. Los judíos apelaron a Darío, y finalmente lograron probar que sólo hacían lo que Ciro les había concedido hacer; así que se les permitió continuar su proyecto (véase Esdras 5-6). El templo quedó terminado en el año 515 a. C. Se conoce a este templo como el segundo templo (el de Salomón es el primero) o templo de Zorobabel. El segundo templo no se comparaba con el Templo de Salomón en su esplendor, pues el pueblo estaba empobrecido cuando levantó el edificio.


No hay ninguna mención de Zorobabel después de terminar la construcción del templo. La dirección de la comunidad quedó entonces a cargo de los sacerdotes. 

Este gobierno teocrático fue tolerado por los persas y durante un tiempo también por Alejandro el Grande.

Persia cayó ante Alejandro el Grande

7. El retorno de los judíos bajo la dirección de Esdras y Nehemías


  • No se sabe mucho del estado de los asuntos judíos entre el tiempo transcurrido desde la finalización del templo en el año 515 a. C. y la aparición de Esdras y Nehemías en Jerusalén junto con los grupos que los acompañaron. 
  • Puede decirse con seguridad que la llegada de Nehemías a Jerusalén fue en el año 445 a. C. La fecha del ministerio de Esdras es tema de controversia. 
  • Algunos eruditos dicen que el viaje de Esdras fue anterior al de Nehemías, y otros dicen que fue posterior. 
  • Las Escrituras parecen indicar que el grupo de Esdras llegó a Jerusalén antes que el de Nehemías. 
  • Otras fuentes dicen que Esdras llegó en el año 458 a. C. (véase ed. de J. D. Douglas, The Illustrated Bible Dictionary, s. v. "Persia", pág. 1199).


En cualquier caso, hay un lapso de casi tres generaciones entre el primer retorno y el de Esdras y Nehemías. Durante este período, la cultura persa alcanzó su apogeo, tal como lo evidencian las impresionantes ruinas en Persépolis, capital del Imperio Persa. El lujo de la corte se describe en el libro de Ester.

Muy poco se sabe en cuanto a la vida de los judíos durante ese tiempo. Políticamente estaban bajo el mando de oficiales persas, pero, desde su propio punto de vista, y también en la práctica, mantenían una teocracia bajo la dirección del sumo sacerdote ungido del Señor. 

En vista de las reformas iniciadas teriormente por Esdras y Nehemías, es evidente que no había estricta observancia de las leyes de Moisés. Los sacerdotes contraían matrimonio con mujeres de las zonas cercanas que no eran de la casa de Israel, y la ciudad de Jerusalén fue deteriorándose.

Durante el reinado de Artajerjes I (465-424 a. C.), los oficiales judíos tenían representación reconocida en la corte persa. Esdras parece haber ocupado algún oficio importante, y fue reconocido como enviado pecial para reorganizar los servicios del templo en rusalén. 

Los anhelosos judíos fueron motivados por el respaldo que habían recibido de la corte persa a tal punto que excedieron los términos del encargo hecho a Esdras, y hasta reconstruyeron la muralla de la ciudad.

Nehemías era copero real en la corte persa (véase Nehemías 2:1). Puesto que el asesinato era un peligro siempre presente para los reyes de la antigüedad y se usaba el veneno con frecuencia, el copero ocupaba un puesto de mucha confianza en la corte. Su oficio consistía en confirmar que la comida y bebida del rey no estaban envenenadas. (Véase Samuel Fallows, ed., The Popular and Critical Bible Encyclopedia and Scriptural Dictionary, s. v. "cupbearer".) Nehemías tuvo éxito en valerse de su puesto para hacerse nombrar gobernador de Judá.

La energía, la habilidad, el patriotismo desinteresado y la integridad personal que caracterizaban a Nehemías dieron por resultado el surgimiento de un Judá nuevo y exuberante. 

La restauración de Jerusalén, que había estado en ruinas durante siglo y medio, se inició. Esdras, un sacerdote justo y dedicado, se unió a Nehemías en la obra emprendida, y juntos lograron restaurar la comunidad judía en Jerusalén. 

El Salmo 48 es un cántico, o poema, que celebra la restauración de Jerusalén. Muestra cómo Judá recobró la confianza. 

Judá desarrolló un gobierno semiautónomo y gradualmente expandió sus fronteras hasta que llegó a ser aproximadamente la mitad del tamaño del reino de Judá en época de la caída, en el año 581 a. C. Judá se mantuvo en paz durante la existencia del Imperio Persa.


Cuando Alejandro el Grande conquistó el Imperio Persa, en el año 331 a. C., los judíos simplemente transfirieron su lealtad de un monarca a otro. 

La tradición judía relata cómo Alejandro fue recibido por el sumo sacerdote en Jerusalén y la ocasión en la que se le leyeron las profecías de Daniel referentes a que uno de los griegos destruiría a los persas (véase Daniel 7:6; 8:3, 20-22; 11:3). Alejandro, suponiendo que esto se refería a él, se regocijó y aceptó a la nación judía sin presentar batalla.



4.     ¿Cómo comienza el libro de Esdras?

martes, 25 de abril de 2017

CUARTA CLASE / TERCER PARCIAL

Estudio general del reino de Israel 

(el reino del norte)

Jeroboam, un efrainita que había sido caudillo militar en el ejército de Israel durante el reinado de Salomón, fue recompensado por sus logros en la administración de un proyecto de construcción en la ciudad de David.
Se convirtió en administrador de la casa de José, esto es, gobernaba sobre los distritos territoriales de las tribus de Efraín y de Manasés, dos de las tribus más poderosas en Israel (véase 1 Reyes 11:26-28).
Más adelante, Ahías, un profeta de la época, le reveló a Jeroboam que llegaría a ser el soberano de las diez tribus del norte (véase 1 Reyes 11:29-39).
Salomón, temeroso de Jeroboam, intentó matarlo. Jeroboam huyó a Egipto donde vivió en exilio hasta después de la muerte de Salomón (véase 1 Reyes 11:40; 12:2-3). El pueblo del norte mandó buscar a Jeroboam para que dirigiera su enfrentamiento con Roboam, hijo de Salomón (véase 1 Reyes 12).
Como parte de esta rebelión, las tribus del norte se apartaron de Judá y proclamaron rey a Jeroboam. Llegaron a ser conocidas como el reino de Israel, o reino del norte. Este reino a menudo era mencionado como Efraín, particularmente por los profetas, ya que esta tribu predominó desde los días de Josué hasta Jeroboam (véase Números 13:3, 8; 14:6).
La capital del reino del norte fue establecida primero en Siquem y posteriormente en Samaría, ambas ciudades en el territorio de Efraín. Algunas veces los nombres de estas ciudades eran usados para representar a todo el reino. (Véase Isaías 7:1-9; Jeremías 7:15; 31:9; Ezequiel 37:16-19; Oseas 4:17.)
Con el poder de la corona, Jeroboam estableció una religión estatal de adoración idólatra (véase 1 Reyes 12:25-33). La nueva nación nunca se arrepintió de esta maldad, la cual contribuyó a su caída.
·        Veinte monarcas gobernaron el reino desde su comienzo hasta su destrucción por fuerzas asirías.
  • ·        Cinco dinastías se sucedieron en el reino del norte, pero todas duraron poco, 
  • ·        todas fueron exterminadas por el asesinato o la violencia.
  • ·        Siete monarcas fueron asesinados y uno se suicidó.
  • ·        Las Escrituras califican a cada uno de estos reyes como malvado e inicuo.
  • ·        Profetas como Elías, Elíseo, Amós y Oseas vivieron en el reino del norte durante este período, llamando al arrepentimiento a reyes y pueblo.
  • ·         Al mismo tiempo, los profetas de Judá, incluyendo a Isaías y Miqueas, advirtieron al reino del norte en cuanto a su próxima destrucción si el pueblo no se arrepentía.

La siguiente lista de los reyes de Israel indica el período de su reinado y los profetas que fueron contemporáneos. Las fechas indicadas son las aceptadas generalmente.


Dinastía de Jeroboam
Jeroboam I (931-909 a. C.). Véase 1 Reyes 12:25-14:20.
·        Introdujo la adoración de ídolos y corrompió los oficios sacerdotales para su nueva religión.
·        La maldición de la idolatría se extendió en el reino del norte hasta su caída (véase 2 Reyes 17:21-22).
Ahías, el profeta de Silo, antes de la muerte de Salomón había profetizado la división de la nación y dicho que el Señor daría a Jeroboam diez de las tribus para que las gobernara, razón por la que tuvo que huir a Egipto (véase 1 Reyes 11:28-40). Después, cuando Jeroboam fue proclamado rey, Ahías profetizó en cuanto a la extinción de la casa de Jeroboam cuando vio que éste practicaba la idolatría (véase 1 Reyes 14:6-16).
Nadab (909-908 a. C.). Véase 1 Reyes 15:25-31.
·        Hijo de Jeroboam I.
·        Asesinado por Baasa en una revuelta militar durante un enfrentamiento con los filisteos.

Dinastía de Baasa
Baasa (908-886 a. C.). Véase 1 Reyes 15:32-16:7.
·        Ejecutó a todos los descendientes de Jeroboam.
·        Vencido por Asa, rey de Judá, y por los sirios.
Los profetas Hanani y Jehú profetizaron durante su reinado.
Ela (886-885 a. C.). Véase 1 Reyes 16:8-14.
·        Hijo de Baasa.
·         Asesinado por Zimri, uno de sus oficiales militares, que se apoderó del trono.
Zimri (885 a. C.). Véase 1 Reyes 16:15-20.
·        Gobernó solamente siete días.
·        Ejecutó a todos los descendientes de Baasa.
·        Sitiado por Omri, comandante de las fuerzas, se suicidó para evitar ser tomado prisionero.
Tibni (885 a. C.). Véase 1 Reyes 16:21-22.
·        Acaudilló a parte del pueblo contra Omri.
·        Fue vencido por éste, quien llegó a tomar el control de todo el reino del norte.

Dinastía de Omri
Omri (885-874 a. C.). Véase 1 Reyes 16:23-28.
·        Trasladó la capital del reino a Samaria.
·        Conquistó el territorio de Moab y lo puso bajo tributo.

Acab (874-853 a. C.). Véase 1 Reyes 16:29-22:40.
·        Hijo de Omri.
·        Se casó con una princesa sidonita, Jeza-bel, y adoró los ídolos de sus vecinos paganos.
·        Se alió con Josafat, rey de Judá, contra los sirios.
·        Rechazó al profeta Elias (durante el reinado de Acab Elias el Profeta tuvo un encuentro con los sacerdotes de Baal).
·        Finalmente se alió con Siria contra los invasores asirios.
·        Volvió a aliarse a Judá contra Siria, la cual se había levantado contra Israel.
·        Fue muerto en el momento en que perdió la batalla.
Ocozías (853-852 a. C.). Véase 1 Reyes 22:51-2 Reyes 1:1-18.
·        Hijo de Acab.
·        Combatió la revuelta de Moab contra Israel.
·        Herido en una caída en el palacio, buscó la bendición y la guía de un ídolo.
La profecía del profeta Elias en cuanto a la muerte de Ocozías se cumplió. Evidentemente había varios profetas en el reino del norte en aquel momento. Jahaziel y Eliezer son dos cuyos nombres son mencionados (véase 2 Crónicas 20:14, 37).
Joram (852-841 a. C.). Véase 2 Reyes 3:1-8:15.
·        Hermano de Ocozías.
·        Prohibió la adoración de dioses extranjeros pero mantuvo la idolatría instituida por Jeroboam.
·        Se alió a Judá contra Moab y tuvo éxito en detener a los sirios que atacaban al pueblo de Israel.
·        Fue muerto por Jehú en una purga sangrienta de la dinastía Omri.
Durante esta época, Elíseo recibió el manto del ministerio profético de manos de Elias el Profeta (véase 2 Reyes 2:9-15).
Dinastía de Jehú
Jehú (841-814 a. C.). Véase 2 Reyes 9:1-10:36.
·        Ungido rey sobre Israel por un joven profeta que actuó bajo la dirección de Elíseo.
·        Mató al rey Joram e hirió mortalmente a Ocozías de Judá, aliado de Israel.
·        Destruyó a los descendientes de Acab y lo que quedaba de adoración idólatra.
·        No hay ningún registro que indique si murió por violencia, de forma que se supone que murió de vejez o de causas naturales.
Joacaz (814-798 a. C.). Véase 2 Reyes 13:1-9.
·        Hijo de Jehú.
·        Entregó el reino de Israel a los conquistadores sirios y les pagó tributo.
·        Vio destruido gran parte del poderío militar de la nación.
El ministerio de Elíseo, de unos cincuenta años, comenzó durante el reinado de Joram y continuó durante el reinado del hijo de Joacaz. Algunos estudiosos creen que el ministerio de Joel transcurrió en este período.
Joás (798-782 a. C.). Véase 2 Reyes 13:10-25.
·        Hijo de Joacaz.
·        Continuó pagando tributo a Siria.
·        Liberó a Israel del pago del tributo y venció a los sirios tres veces cuando un cambio de gobierno en Siria y la conquista de esta nación por los asirios dio lugar de nuevo a la guerra entre Israel y Siria.
Jeroboam II (782-753 a. C.). Véase 2 Reyes 14:23-29.
·        Hijo de Joás.
·        Mantuvo la independencia de Israel del control sirio y tomó parte del territorio del Judá.
El ministerio de Amós, profeta que llamó al arrepentimiento al reino de Israel y anunció que de no hacerlo enfrentarían la destrucción, comenzó en este período.
Zacarías (753 a. C.). Véase 2 Reyes 15:8-12.
·        Hijo de Jeroboam II.
·        Fue el último rey de la larga dinastía de Jehú.
·        Fue asesinado por su sucesor solamente seis meses después de ocupar el trono.
En este período comenzó el ministerio de Oseas y continuó hasta la caída del reino del norte en el año 721 a. C.
Solum (752 a. C.). Véase 2 Reyes 15:13-15.
·        Asesinado por Manahem, su sucesor, solamente un mes después de ocupar el trono.

Dinastía de Manahem
Manahem (752-742 a. C.). Véase 2 Reyes 15:16-22.
·        Brutalmente asesinó a las mujeres embarazadas en las ciudades que rehusaron apoyarlo como rey.
·        Fue controlado por los asirios, bajo el reinado de Pul (Tiglat-pileser IV), quienes pusieron a Israel bajo pesado tributo.
Pekaía (742-740 a. C.). Véase 2 Reyes 15:23-26.
·        Hijo de Manahem.
·        Fue asesinado por Peka, un caudillo militar.
·        Así terminó el intento de otra familia de gobernar Israel. Aproximadamente en este tiempo comenzó el ministerio de Isaías en el reino de Judá, aunque mucho de lo que dijo estaba dirigido también a Israel.
Peka (740-732 a. C.). Véase 2 Reyes 15:27-31.
·        Se alió con Siria contra Asiría. Amenazó a Judá y atacó a este reino junto con Siria pero con éxito bastante limitado.
·        Atacado por los asirios, perdió toda Galilea, cuyos habitantes fueron llevados a Asiría.
·        Fue asesinado por Oseas, su sucesor.
Oseas (732-722 a. C.). Véase 2 Reyes 17:1-23.
·        Se rindió a los asirios y estuvo de acuerdo en pagar un pesado tributo.
·        Buscó la ayuda de Egipto para aliviar la pesada carga que le habían impuesto los asirios, pero esta intriga resultó en un sitio de tres años y en el colapso del reino de Israel.
·        Los asirios enviaron al exilio a la mayoría de los habitantes de Israel.

La cautividad de las diez tribus del reino del norte finalmente terminó en su huida hacia los países del norte y en el hecho de llegar a ser conocidas como las diez tribus perdidas